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Kenya y Tanzania — Nuestros imprescindibles

March 19, 2023
Antes de nada, dale al play para empezar el viaje.

Mi viaje a esta región de África surgió un poco de improvisto.

Mi pareja, Federico Reparaz, iba a viajar a Nairobi para terminar su segundo libro de fotografía. Su abuelo paterno, del que lleva el nombre y apellido, murió en la capital keniata de manera fortuita el 9 de Noviembre de 1969. Tenía 43 años.

Su idea era ir allí (él tiene éste año 43 años también) a principios de Noviembre y fotografiar el día 9 el hospital donde murió con la cámara heredada de su abuelo y varios carretes de película caducados el año de su muerte. Quería rendirle homenaje y cerrar ese duelo abierto en su linaje masculino.

Me pidió que le acompañara, y aprovechando nuestro viaje, decidimos alargarlo y visitar tanto Kenya como la vecina Tanzania.

No habíamos estado nunca en esa zona de África por lo que, por recomendación de una amiga, nos pusimos en contacto con una agencia de viajes maravillosa: Ratpanat.

Cuando nos reunimos con ellas nos enamoramos de su proyecto: campamentos sostenibles a lo largo y ancho de África, acciones medioambientales, ayuda y colaboración con las poblaciones locales... ¿Quién mejor que ellas para ayudarnos a prepararlo todo?

Nuestro viaje empezó el 5 de Noviembre y terminó el día 21.

Estuvimos en Nairobi del 5 al 10. Toda ésta parte del viaje la organizamos nosotros, y da para otro post.

Aterrizando en el Masai Mara

Del 10 al 20 nos pusimos en manos de Ratpanat y a partir de ahí ellas se ocuparon de todo: desde la organización del circuito que íbamos a realizar, la reserva de los vuelos interiores, los alojamientos, los guías, las actividades…TODO. Y qué bien poderse despreocupar y dedicarse a disfrutar. Se nota en cadadetalle sus más de 20 años de experiencia.

Practican el Slow Travel y conciben los viajes como una experiencia única en la que disfrutar y empaparte de la realidad de cada lugar, despacio y con mimo.

Están comprometidas con el Medio Ambiente y las comunidades locales. Su filosofía se basa en practicar turismo sostenible y responsable aprovechando su directa repercusión en la economía local.

 

 

Lo primero que hicimos en cuanto tuvimos claras las fechas del viaje fue comprar nuestros billetes de avión. Cuanto antes mejor ya que la diferencia de precios puede ser abismal y aumentar enormemente de una semana para otra.

Si en alguna de vuestras conexiones tenéis una espera larga como nosotros (6 horas en Nairobi), os recomendamos hacerla en algunas de las salas vip del aeropuerto. Por entre 25 $  y 40 $podréis disfrutar de comida, duchas, wifi y un poco más de tranquilidad que laque ofrece el vetusto aeropuerto Jomo Kenyatta.

Para entrar en Kenia te hará falta un visado y se tramita online en www.ecitizen.go.ke ya que no es posible obtenerlo a la llegada. Cuesta alrededor de 50 $ pero hazlo con tiempo. Nosotros tuvimos algún problema para su obtención pero nos lo resolvieron perfectamente en la embajada de Kenia en Madrid, su teléfono es el +34 917 81 20 00 y su mail es info@kenyaembassyspain.es

Es imprescindible que tu pasaporte tenga una validez mínima de 6 meses antes de la finalización del viaje y que tenga libre 3 hojas en blanco.

En ambos países puedes pagar con Dólares (posteriores a 2009) o con Euros. Te recomendamos llevar bastante efectivo en billetes pequeños, porque salvo en grandes ciudades como Nairobi  o Arusha no encontrarás cajeros.

Para no dejar de estar conectados durante nuestro viaje compramos una tarjeta SIM en el aeropuerto de Nairobi, en la tienda de Safaricom. Pero cuidado: Safaricom es la compañía que tiene más cobertura en Kenia (nos conectábamos sin problema en el Masai Mara) pero una vez que cruzas la frontera con Tanzania la tarjeta deja de funcionar (a nosotros nos dijeron que servía para ambos países). Lo más recomendable es que una vez estés en Tanzania te hagas con una tarjeta de Airtel (la compañía quemás cobertura tiene tanto en el Serengeti como en el Ngorongoro).

Los alrededores del Ngorongoro

El Masai Mara es una reserva natural de unos 1500 km2 situada al sudoeste de Kenia. Visitarla es increíble y las opciones infinitas. Aquí están nuestras favoritas:

·      Sobrevuela el Masai Mara en avioneta.

Con salida del aeropuerto Wilson de Nairobi, tuvimos la suerte de viajar con la compañía Flyals fotografiar desde el aire las llanuras que separan la capital keniata de  Keekorok, en el corazón de la reserva natural.

 

·      Ver amanecer en la sabana africana.

Toca madrugar. Que no se te peguen las sábanas porque el espectáculo merece la pena. Aquí se hace de día en cuestión de segundos. Como si alguien hubiese encendido la luz de golpe. Esas manadas de elefantes recortadas contra un sol inmenso y rasante se nos quedaron grabadas en la retina.

El amanecer en el Masai Mara

 

·      Desayuna delante de una familia de hipopótamos

En los días que estuvimos en Masai Mara nos hospedamos en Olengoti Eco Safari Camp.

Éste increíble campamento está a orillas del Río Talek. A escasos metros de su jardín vive una gran familia de 35 hipopótamos. Desayunar o cenar delante suyo sin alterar su rutina fue de los puntos fuertes del viaje.

Las tiendas y Manyattas de Olengoti(construcciones típicas de la tribu Masai) nos encantaron. Tradición y elegancia se mezclan tanto en su arquitectura como en su decoración. Los muebles están hechos, además, por artesanos de la zona, lo que ayuda al desarrollo de las comunidades autóctonas.

Rodeádosde Masai, parte integrante de los equipos del hotel, descubrimos además los alrededores y las costumbres locales.

Ratpanat tiene un proyecto en Olengoti que se llama "Planta un Árbol" y consiste en reforestar el Mara con especies autóctonas. Nosotros quisimos formar parte del proyecto y plantamos el nuestro.

·      Hacer un safari

El Mara huele a calor, a polvo y, a hierba seca. Es tan inmenso que te pone los pelos de punta y hay tantos animales que muchos no sabías ni que existían.

Sala su encuentro, escudriña el paisaje con tus guías y déjate emocionar como si fueras un niño por esos felinos, aves o reptiles que hasta ahora solo habías visto en libros o revistas. Los tendrás tan cerca que si estirases un poco las manos, podrías tocarlos.

 

·      No pierdas detalle

Aprovecha los trayectos entre las diferentes etapas del viaje para observar desde el coche los colores, los hábitos y las tradiciones locales. Sus ciudades, su ritmo y su arquitectura te sorprenderán.

 

La frontera tanzana está a unas 5 horas de Olengoti por carretera. Cruzarás poblados Masai, pastores y rebaños, motos... los niños te saludarán con la mano y probablemente una manada de elefantes te despedirá a lo lejos moviendo las orejas.

A mitad de camino atravesarás el Río Mara.

Nuestro guía, Leo, nos ayudó con todo el papeleo y la obtención del visado en la frontera.

Tanzania,es la unión de Tanganica y Zanzíbar, independientes desde 1961 y 1963respectivamente se convierten en un sólo estado en 1964.

Nuestros imprescindibles:

 

Para nosotros fue uno de los platos fuertes del viaje. Los mejores paisajes los vimos aquí.

Nos hospedamos en el Pakulala Ngorongoro Safari Camp.

El fuego de campamento que se enciende al atardecer

Las vistas son impresionantes. Estás a 2300 metros de altura. Es un verdadero espectáculo ver cómo el lago Makati refleja las últimas luces del día y cenar rodeado por una familia de cebras que todas las noches suben a pastar al campamento.

En el cráter del Ngorongoro (es en realidad la mayor caldera volcánica inactiva del mundo) viven más de 25.000 animales de gran tamaño: leones, cebras, búfalos, ñus, hipopótamos...

Su arena es roja y negra y cientos de miles de piedras volcánicas están esparcidas por el suelo.

La vegetación cambia en cuestión de metros, pasando de llanuras casi desérticas a bosques verdes y  frondosos (Lerai).

 

De camino al Lago Eyasi conocimos a una de las tribus Masai.

Los Masai son un pueblo de casi 900.000 habitantes que se reparten entre Kenia y Tanzania. Hablan Maa, son pastores nómadas y viven en asentamientos que se llaman bomas:  cabañas distribuidas de manera circular para rodearsus rebaños.

Molely, el hijo del jefe de la boma que visitamos nos recibió con un baile de celebración y un concursode saltos, y nos enseñó sus casas y costumbres.

Su subsistencia gira entorno a su rebaño, de él obtienen comida (carne, sangre y leche) y ropa (pieles y cuero).

Las mujeres Masai

 

El Serengeti es muy diferente del Masai Mara. Los paisajes se van sucediendo a medida que te alejas de la puerta oeste (Ndabaka) por dónde entramos.

La luz del atardecer es tan especial aquí que casi parece artificial.

Espectacular el Pumzika LuxurySafari Camp.

Alejado de todas las carreteras principales, está situado entre las dos manadas de leones más grandes del Serengeti (los verás probablemente dormitar a los pies de algún árbol a escasos metros del campamento). El fuego crepita delante de la main tent. y Amos y su equipo te recibirán a los pies del 4x4. Que no te quepa duda: vas a estar muy bien aquí. Podrás sentir cómo los búfalos comen a los pies de tutienda o como rugen los leones o ríen las hienas desde la cama. Si necesitas salir de noche no olvides usar tu silbato.

Si te gusta la naturaleza, en el Serengeti podrás disfrutarla en estado puro. Al ser mucho más extenso que el Masai Mara, más de 14000 km2, notarás las diferencias orográficas y los múltiples ecosistemas que alberga. Verás más animales de los que puedes contar.

La gran migración desde el aire

Gracias a Serengeti Ballon Safaris tuvimos la suerte de ver amanecer desde el cielo.

Los globos, inmensos, te esperan en mitad de la sabana. Los quemadores iluminan la noche como si fuesen hogueras.

Ver ésta parte deTanzania desde el aire corta la respiración.

Grupos de ñus corren en la misma dirección, cebras, gacelas… si tienes suerte, podrás ser testigo de la Gran Migración.

 

El lago Victoria es el segundo mayor del mundo y se extiende entre las fronteras de Uganda, Kenia y Tanzania.

Es un espejo que refleja las montañas que lo rodean. Decenas de pájaros revolotean a su alrededor.

A espaldas del lago estála ciudad de Lamadi. 10.000 habitantes mayoritariamente de la tribu Sukuma.

Te recomendamos caminar por sus calles acompañado por un local y conocer la vida cotidiana de sus habitantes. Sus tiendas, sus escuelas y sus historias. Te sentirás afortunado de poder compartirlas con ellos y de poder vivirlo tan de cerca.

Si te detienes delante del Lago Victoria, lo que más te llama la atención es el trasiego de barcazas que cortan el agua a golpe de remo. La pesca es una actividad fundamental para las comunidades que viven en su orilla.

Visita Mwaburugu. Es un pueblo de pescadores Sukuma, y a pesar de que en Kenia y Tanzania el idioma más común es el suajili, ellos hablan su propio dialecto. Mientras que unos arreglan sus redes en la orilla, otros vacían sus botes de agua. En el aire, decenas de pájaros esperan los restos.

A unos pasos del puerto, se extiende en el suelo, y en mallas de colores, el mercado local. Perca del Nilo, pez gato, tilapia... cada puesto ofrece variedades de peces diferentes capturados la noche anterior.

 

Ubicado en el Gran valle del Rift, es un lago estacional salado y poco profundo repleto de aves. Vemos el Ngorongoro desde la terraza de nuestra tienda.

 Merece la pena venir hasta aquí a conocer a las tribus Datoga y Hadzabe.

Los Datoga (fieros guerreros, en lengua Masai) son una tribu que habitan en la región de Arusha y está compuesta por alrededor de 85.000 individuos. Sus hábitos y cultura se asemeja a la de los Masai.

También son pastores aunque su subsistencia no sólo depende de sus rebaños. Los Datoga son también expertos herreros capaces de fundir bronce con carbón.

Intercambian sus puntas de flecha con los Hadzabe a cambio de miel o de caza.

 

Los Hazabe reunidos en el fuego

Los Hadzabe son una de las comunidades étnicas más pequeñas de África. Son cazadores/recolectores y pisar su aldea es hacer un viaje atrás en el tiempo.

Siguen las costumbres de sus antepasados desde hace miles de años. Todo el conocimiento de la tribu se transmite de manera oral en su dialecto Hazda, lenguaje clic para el que chasquean la lengua.

No construyen viviendas permanentes ya que se desplazan frecuentemente en busca de presas que cazar.

Utilizan los troncos de baobab como refugio y son espectaculares arqueros.

Les acompañamos al amanecer de cacería y celebramos sus capturas bailando con ellos. Sin duda, de las experiencias más especiales de todo nuestro viaje. 

Esperamos que os haya gustado y si os han entrado ganas de hacer este viaje tan especial no podemos dejar de recomendaros a Ratpanat para que os lo organice. No sólo por sucercanía, su profesionalidad y porque se ocupan de todo, sino porque sus alojamientos y sus equipos son un verdadero lujo.

 

Ya sabéis que podéis escribirnos siempre que queráis a través de Instagram, mail o en el canal de Telegram.

Un abrazo, valientes.

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